domingo, 1 de septiembre de 2013

"Un juego no perverso"


Y así como Dios creó al hombre a imagen y semejanza suya, la neo lengua de Orwell fue diseñada para moldear las necesidades ideológicas del socialismo inglés. Bajo esta concepción seríamos víctimas de seres supremos encargados de inventar hombres y mujeres bajo el dominio exclusivo de ciertas peculiaridades ideales concernientes a un poderoso que impone modelos humanos vitales según sus exclusivas preferencias, y de grupos sectarios que imponen una lengua determinada con el objetivo de manipular e implementar tópicos de conductas que serían el móvil de satisfacción de fines políticos, sociales y morales. Bajo esta neblina ideológica somos espectadores de un mundo configurado de súbditos que obedecen las consignas lingüísticas, mandatos y todo tipo de órdenes ontológicas de un déspota rey, y por el otro, de dioses que proveen al hombre de una idiosincrasia única e imposible de ser modificada por el solo hecho de poseer el sello místico exclusivo del semidiós.


Primero y principal tendríamos que ubicarnos y centrarnos en el lugar que nos corresponde, es decir, el mundo que es terrenal, protagonizado por seres humanos y carente de seres mitológicos o santificados además estos hombres y mujeres están arrojados al mundo a la manera sartreana sin haberlo solicitado jamás; asertivos o en desatino ellos ya se encuentran en él y querrán re-hacer su propio léxico sin pautas ni referencias sino con el solo motivo de dar sentido a su propia existencia.


George Orwell en su novela 1984 ha mostrado como la neo lengua oficial, calculada hacia el año 2050, de un continente quería representar la configuración de un mundo paralelo al de los habitantes de Oceanía impidiéndole  la construcción y la toma de sus propias palabras. La función de esta lengua que era “ama y señora” de léxicos determinados para la censura de aquella población, era mostrar juegos perversos sin alternativas para la adopción de un pensamiento singular con la única función de serle fiel al entramado de la ideología socialista inglesa: “La finalidad de la neo lengua no era aumentar sino disminuir el área de pensamiento, objetivo que podía conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo indispensable” (Orwell: 316) La realidad deseada de la neo lengua ,según sus pautas, era rigurosamente dictatorial sin capacidad de crear una palabra de la boca de aquellos habitantes. La pura verdad estaba manipulada por el socialismo inglés y a cargo de los autores de aquel léxico ideológico.


Pero sí, hombres y mujeres, caemos en este mundo contingente sin saber el porqué de nuestro arribo  tampoco tendríamos la certeza de tener la sapiencia de cual o tal léxico  manejar. Es posible que,  como todo niño que llega al mundo, sus padres sean los encargados de enseñarle qué lengua es la que adoptaría, es decir, la de su respectiva generación, pero sería cruel obligarle a utilizar un determinado léxico durante toda su vida. De esta forma estaríamos cortando sus libertades haciendo analogía  a una de las reglas de la neo lengua: “Por ejemplo la palabra “libre” aún no existía en neo lengua pero sólo se podía utilizar en afirmaciones como: “este perro está libre de piojos” No se podía usar en su viejo sentido de “políticamente libre” o “intelectualmente libre” ya que la libertad política e intelectual ya no existían como conceptos y por lo tanto necesariamente no tenían nombre. (Orwell: 318)


Richard Rorty en su texto: “Ironía, Contingencia y Solidaridad” nos da una  posibilidad aleatoria para transgredir aquel patrón que pretendería ser universal: “El mundo puede hacer que sostengamos demasiadas creencias, pero no puede proponernos un lenguaje para que nosotros lo hablemos. Sólo otros seres humanos pueden hacerlo” (Rorthy: 26)


En 1984 el mundo propone un lenguaje y ese lenguaje, como dijimos anteriormente, estaría representado por el socialismo inglés imponiéndoles brutalmente creencias sobre determinados comportamientos morales. Una de las creencias es la relacionada con la sexualidad de los habitantes de Oceanía: “Su vida sexual estaba totalmente regulada por las dos palabras de neo lengua: “sexo crimen” (inmoralidad sexual) y “buen sexo” (castidad). No habría necesidad de nombrarlos separadamente, ya que todos eran igualmente culpables y merecían la muerte” (Orwell: 322) En esta línea los seres humanos no hablarían sino que la única que tendría el derecho a ejercer la palabra y sobretodo a gritos sería la ideología diciéndoles a los nativos cuáles serían los  pertinentes y tamizados juegos de lenguajes seleccionados  para los habitantes de Oceanía.


 Uno de los principios de la neo lengua  sostenía que esta era provisional y que contenía palabras superfluas y formaciones arcaicas que más tarde se suprimirían ¿No sería esta regla una forma de “acuchillar” las herramientas para que a, los pobladores de Oceanía y de todo el planeta, les aniquilen el baúl de los recuerdos los léxicos antiguos y eliminados? “Suprimir” es un verbo violento que implicaría no volver  a recurrir al léxico de ayer por haberlo asesinado, más bien habría que resucitar y mostrar todas las herramientas lexicales del pasado para que los hombres las re-ciclen, re-conviertan, y las re-instalen a su gusto y placer.


El mundo en 1984  en el 2013 o en el 2050 habría que concebirlo como un lugar confortable y no convertirlo en un Dios que nos diga con palabras imperativas y a modo de gritos a viva voz  qué tendríamos que decir, cómo tendríamos que decirlo  o cual serían los medios ideales para transmitirlo, además deberíamos expulsar la idea del lenguaje como representación de un mundo o mundos des divinizándolos y expulsándolos de su altar teniendo en cuenta que estos se encuentran en nosotros con nuestros léxicos alternativos.





Bibliografía

ü      Rorty  Richard (1990): “Dificultades meta filosóficas de la filosofía lingüística “en  El Giro lingüístico, Barcelona, Paidós. Pp. 47-133



ü      Rorty  Richard (1994) “Cap.  I, II, III y IV” en  Ironía, Contingencia y Solidaridad, Bs As, Paidós.



ü      Wittgenstein, Ludwig (2002): Investigaciones filosóficas (fragmentos seleccionados por la cátedra). Editorial Crítica, México