Latinoamérica se ha
unido, en esta última década, bajo el manto protector de una ideología
experimental denominada socialismo del
siglo XXI. Un líder mesiánico, profeta, cristiano, fanático y vociferador a
más no poder fue su conductor y el cosechador del liderazgo autónomo con ansias
independentistas del imperialismo anglosajón. Sin duda la historia ha
descendido varios escalones, pasando por el infierno de Dante Alighieri hasta
detenerse en el rojo vivo marxista-estalinista que se podrían leer como una
metáfora del color izquierdista que derramó sangre, primero, con la revolución
soviética del siglo XX y que en la actualidad derrocha salpicones colorados
teñidos de violencia en el país bolivariano. El rojo pudo semiotizar signos de
igualdad social, de supresión de clases, de un estado más justo, de inclusión
pero si inferimos una analogía y retrocedemos al siglo XV representó el color
de las llamas que quemaron los pies de los simoníacos religiosos en esa era y
que siguen ardiendo en los talones de los personajes políticos de turno.
En el tercer foso del
octavo círculo, Dante pregunta a su mentor, el poeta Virgilio, lo siguiente: -¿Quién es aquel, maestro, que furioso agita
los pies más que sus otros compañeros y a quién corroe y deseca una llama mucho
más roja?- Virgilio contesta: En un principio fue el líder imperialista del
siglo XXI que quiso arder de un rojo mas vivaz que lo que destelló el “Che”
Guevara y además quiso desterrar a su mentor político Fidel Castro. Su pecado:
arder y totalizar al pueblo, sus congéneres políticos y a sus modelos de lucha.
Virgilio contesta nuevamente: -Él te dirá cuáles son sus crímenes- y la
sombra inmediatamente le responde: -“Embolsé arriba de mi cabeza todo el poder
que pude, expropié la propiedad privada con el tan citado verbo que ya es mi
copyright ¡Exprópiese!, oprimí los
medios opositores e independientes porque el estado tenía que ser únicamente mi
propia persona, quise aplastar al imperialismo yanqui y tenerlo extorsionado con el recurso más solicitado y
escaso del mundo: el petróleo, mi querido Dante. Ahora bajo mi cabeza están
todos los países y líderes a los que, bajo mi influjo, siguieron mi
ejemplo de una república democrática
disfrazada de populismo, inclusión social, alfabetización, planes sociales
entre otros beneficios que solicita el pueblo para así perpetuar mi poder;
entre ellos están: Ecuador, con Rafael,
Bolivia con Evo, y mi querida Cristina con mi amigo Néstor que también ha cometido
simonía jugando con los impuestos, dólares, gastos y controlando la vida pública
y monetaria de sus electores ; también ha escondido fosas de euro-dólares
traídos por el pingüino Lázaro Báez, pero compatriota Dante, desde que mis pies
se abrazan y me encuentro colocado al revés estoy esperando que llegue un
pastor sin ley que deberá cubrirnos a entre ambos. Será un nuevo Jasón parecido
a mí (con años luz de túnica política) pero será el único que podrá continuar con mi imperio latinoamericano…. y ese será
llamado Nicolás Maduro.”
Dante y Virgilio saben
que ni Maduro es Chávez pero que él aspira a
inmortalizarse a la talla de la figura del gran Perón. Chávez seguirá
cabeza abajo y pies arriba porque como castigo no se le permitirá ver su
mandato sin su comando. Un dato curioso fue que, antes de su llegada al círculo
que le ha correspondido, proclamó en su canal estas palabras a viva voz: ¡Dios no me lleves todavía, tengo cosas que
hacer por esta patria! ¡Dame vida! Y Lucifer lo llevó como castigo con el fin
de que, con un candidato nuevo, se oxigene dentro de, sucesivas elecciones, la
democracia en Latinoamérica.
Antes de partir, guiado
por Virgilio, Dante encontró un pozo nuevo, un habitáculo o un escondite. De
esta manera lo relata: -“Entonces me
cogió con los dos brazos, y teniéndome en alto bien afianzado sobre su pecho
volvió a subir por el camino por donde habíamos descendido, sin dejar de
estrecharme contra sí (…) Allí deposité su querido fardo sobre el áspero y
pelado escollo, que hasta para las cabras sería un difícil sendero, desde donde
descubrí una nueva fosa”. Sin ninguna duda, Dante sospechó que la dejó
cavada Néstor Kirchner, no quería llegar con las manos vacía sin compartir sus
bienes fiscales en el círculo. Dedujo que eran como cuatro bolsos más una
balanza, predilecta para el pesaje del dinero
K ya que la otra mitad sería enviada por algunos de sus súbditos mediáticos
al antiguo continente con el fin de que llegara a las manos del ex Papa Nicolás
III y que este la guardara muy suspicazmente detrás del trono de San Pedro.
Fuentes consultadas
ü Alighieri, Dante: Canto decimonono: tercer foso del octavo
círculo en “La Divina Comedia” págs. 79 a 81. Editorial Sol 90. Traducción
EDIMAT LIBROS S.A 2000.
ü Lozano, Daniel: “Hugo Chávez: el líder mesiánico, el revolucionario, el mito que rompió
todos los límites” en http://www.lanacion.com.ar/1560482-hugo-chavez-el-lider-mesianico-el-revolucionario-el-mito-que-rompio-todos-los-limites.