jueves, 7 de febrero de 2013

"Lo que quedó del 37’y lo que Aira dejó"

Con la influencia del romanticismo europeo se inauguró un nuevo concepto en el Río de la Plata del paisaje, del desierto, de lo grotesco, de la dinamización de los personajes.

En “La Cautiva”, María se movía todo el tiempo; esta metáfora del movimiento se tradujo a la necesidad en el territorio de intelectuales de acción, de fuste, en los cuales la pluma y la palabra sean los objetos transformadores.

Cesar Aira posteriormente resignifica el poema de 1837 de Echeverría convirtiéndolo en Ema, La Cautiva”  y transformándolo. Sin quererlo busca casualidades contextuales, ambos lo escriben en momentos de censura en territorio nacional. Aira quiere mostrar las nuevas escalas de valores en la postmodernidad.

Con Ema, su cautiva infunde una nueva anti-heroína y anti-romántica, si María era blanca , Ema es negra, si María luchaba por un amor, Ema no lucha por ninguno. Ema se  funde solamente en los placeres carnales. Para Aira a diferencia de Echeverría el desierto no va a significar un lugar esperanzador con vistas a nuevos horizontes, sino va a representar un lugar sin salida en el que habría que quedarse y tratar de provocarle extrañamiento; como la Ema de Flaubert que buscaba diferentes amantes para salir de la monotonía.

Entonces, si Echeverría en “La Cautiva” desde la generación del 37’ instauró una propuesta pobladora de ideas innovadoras y progresistas a nivel estético, político y literario; Aira impondrá un nuevo paradigma del aspecto anti-romántico de la época postmoderna actual, mostrando un viraje en su perspectiva socio-política rompiendo cadenas con un discurso hegemónico y proponiendo un nuevo discurso inclusor a partir de su estética, dejado de lado por intelectuales que lo han armado antaño desde las fuentes de poder.

Bibliografía

Ø  Aira  Cesar(1981) “Ema, la cautiva”. Bs As. Editorial Belgrano.

Ø  Ares Kurlat Silvia “La utopía indígena en la literatura de la última década” en  El caso de Ema, La Cautiva de Cesar Aira . George Mason University en www.lenmann.wny.org


Ø  Bajtín  M (2002) “El héroe como totalidad de sentido” en Estética de la creación verbal. México, editorial siglo XXI.


Ø  Echeverría , E (1971) “La Cautiva” . Bs As. Editorial Huemul.


Ø  Laera, A (2006) “Nada se obtiene sin dinero: pérdidas y ganancias de un hombre de letras” en  Las brújulas del extraviado. Por una lectura integral de Esteban Echeverría, Bs As. Beatriz Viterbo Editora.


Ø  Matamoro, Blas  “La (re) generación” en  Revista Punto de Vista.

     
Ø  Myers, J (2006) “ Un autor en busca de un programa: Echeverría en sus escritos de reflexión estética” en  Las brújulas del extraviado. Para una lectura integral de Esteban Echeverría, Bs As. Beatriz Viterbo Editora.


Ø  Pensa, Mariana (2004) “Ema la cautiva de Cesar Aira: la tradición y su superación” en  departamento of languages and cultures California University of Pensylvannia  www.udel.edu./LASP/Vol5-2 Pensa.htlm.


Rodriguez, Fermín (2006) “Un desierto de ideas” en las brújulas del extraviado. Para una lectura integral de Esteban Echeverría, Bs As. Viterbo editora


"La cautiva de Esteban Echeverría y Ema, la cautiva de César Aira "

El romanticismo nació en Europa en el siglo XIX y poseía como cualidad la toma del poder por la violencia. En el romanticismo Americano la toma de poder se daba mediante las ideas, por ejemplo en el Río de la Plata obras como la de Juan Alberdi “Bases y puntos de partida para la organización nacional” Echeverría con “La Cautiva” “El dogma socialista”; ambos criticaron al gobierno Rosista y predicaron déspotamente en nombre de algunos habitantes nativos del territorio: gauchos, indios, etc.

Esteban Echeverría en cuanto a su proyecto literario se refiere se centraba como punto de partida, en el desfasaje entre los rasgos estilísticos que definieron a su poesía y los conceptos desarrollados en sus escritos de contenido teórico, la situación paradójica de un  escritor cuya teoría literaria se manifestaba plasmada en los moldes del romanticismo europeo mientras que su obra, en cuanto a recursos estilísticos permanecían aferrados a los cánones del gusto neoclásico que el romanticismo condenaba[1].

Cesar Aira en su novela contemporánea a la de Echeverría “Ema, La Cautiva , en su proyecto literario, intentará prescindir de todo argumento a favor de una historia ya escrita antaño o simplemente de su verosimilitud. Lo que va a construir como mito en el relato de Aira es que va a lograr cortar toda amarra con esa historia.

Tanto “La Cautiva” como “Ema, La Cautiva” de Cesar Aira son textos escritos en dos momentos políticamente críticos de la historia Argentina. Echeverría escribe su poema en 1837 durante el gobierno autoritario de Juan Manuel de Rosas, las leyes represivas, la persecución de los opositores y la acción de la “mazorca” (policía secreta) caracterizan la etapa de la dictadura Rosista. “Ema, La Cautiva”  corre igual suerte, el texto fue escrito durante el año 1978 con la fecha 21 de octubre  . Una dictadura nuevamente está en el poder (La junta de reorganización nacional 1976-1983) . ”Ema, La Cautiva” es la respuesta y la reescritura 151 años más tarde y dentro del mismo sistema literario de un texto romántico “La Cautiva”[2].

El comienzo de “La Cautiva” es manso, tranquilo y descriptivo…” Era la tarde y la hora en que el sol la cresta dora de los Andes… El desierto inconmensurable abierto y misterioso a sus pies” (19).

Se describe además un locus amenus en donde el hombre se subyuga ante la naturaleza, sucumbe ante su estupefacción.

“Cuántas, cuántas maravillas
Sublimes y a par sencillas
Sembró la fecunda mano
de  Dios allí….
La humilde hierba, el insecto, la aura, aromática y pura
El silencio, el triste aspecto.
De la grandiosa llanura el pálido anochecer”.

Como autor  romántico Echeverría le da vida a la naturaleza, la humaniza. Para Aira la Pampa no tiene ese carácter “inconmensurable” que Echeverría señala sino que es un lugar variable con un horizonte vacío y remoto. Si para Echeverría el horizonte, el límite de la visión de la chatura de la Pampa, son los Andes, para Aira no existe la esperanza de encontrar un cambio geográfico que revierta esa imagen. La Pampa es así un círculo cerrado en que no se puede salir, sino volver.

Según Echeverría el desierto era un paisaje sublime, sin testigos, sin otros, de cuya superficie se ha borrado todo rastro de acontecimiento histórico. El desierto se abrió como objeto sólo para la mirada estética del genio, más amplia que el saber conceptual, el único tipo de subjetividad capaz de hacer ver un paisaje sublime y de interpretación institucionalizadora[3]. La literatura Echeverriana ayudó a comprender qué ocultaba la temática del desierto en torno a la nada institucional para poblar de ideas innovadoras y proponer desde las letras cambios en torno a esta temática.

Los cuerpos en movimiento en la llanura, interrumpen la estática del paisaje con “La Cautiva” se inaugura un vaivén, un desplazamiento por el espacio que va de la nada a algo, de la descripción negativa del paisaje a la violencia. El poema depende de un ritmo en el que alternan la calma y la tormenta, el sueño profundo y la orgía frenética.

En cambio, la novela de Cesar Aira es un lento desplazarse de los personajes de espacio en espacio, en cada traslado el paisaje va volviéndose cada vez más fantástico, los hechos dejan de tener peso y se vuelven cada vez más anómalos.

El cautiverio de Ema va a ser un pretexto para construir un discurso que se cuestionará sobre la racionalidad de todo proyecto estatal articulado o bien por el saber letrado o bien por la experiencia y la intuición. En la novela se oponen el estado burgués  y el estado bárbaro[4]

En la novela el locus patagónico permite revisar una relectura de la política nacional a partir de sujetos subordinados y minoritarios (indígenas en este caso) por la política anterior vigente y constituir desde sus letras la articulación de la formación de la subjetividad nacional y polemizar sobre la identidad política de grupos hegemónicos.

Aira desde su propuesta estética va a romper con las matrices que han constituido el entramado de “La Cautiva” y preferirá hacer una explosión de las contradicciones del discurso romántico para crear espacios de ruptura y de renovación de los materiales estéticos e ideológicos del campo cultural romántico. Como veremos a continuación tanto “Ema, la Cautiva” como “La Cautiva” de Echeverría van a ser personajes antagónicos que describieron  rasgos concernientes a épocas de diferentes en que se conformaron. En “La Cautiva” se erigió la mujer como heroína romántica en la literatura. María salvará a su esposo , Brian , de los peligros que lo acechan (matando a un indio como un puñal, apaciguando a un tigre con su mirada) y le va a proponer a Brian no bajar sus banderas de vida. María fue fuerte, valerosa, romántica y pura en cuanto realizó todo por salvar a su hijo.

“Huye tú, mujer sublime…
Deja a Brian infortunado solo
En tormentos morir…”

“No, no, tú vendrás conmigo
O pereceré contigo, de la
Amada patria huyamos,
Tú de la muerte”

En la reescritura de Aira “Ema, La Cautiva” va a ser un personaje anti-romántico, si María era pura y dio su cuerpo y lealtad a un solo hombre (Brian). Ema va a ser promiscua y va a entregar su cuerpo a diversos amantes. Si María era blanca, Ema será negra con “rasgos negroides, piel oscura y rasgos mongoloides” (45).

María pese a la adversidad va a conformarse heroica por que pese a toda adversidad va llevando a cuestas a su amado y da todo por sus hijos.

El cuerpo de María no es mencionado, sino que ,se nos pone en contacto con su corazón en el sentido cristiano y puro del alma, al ser elidido el mismo permanece puro e intocable.

Calló Brian, y en su querida
Clavó mirada tan bella,
Tan profunda y dolorida,
Que toda alma por ella
Al parecer exhaló
El crepúsculo esparcía
En el desierto luz mustia
Del corazón de María
El desaliento y angustia
Sólo el cielo penetró” (80)

En “Ema, La Cautiva”  hay un cambio significativo. El cuerpo en el pensamiento postmoderno se ha transformado en una preocupación importante. El recorrido de Ema es también el recorrido de la historia de las ideas, del cambio diacrónico del modernismo al postmodernismo, de la ausencia del cuerpo a la presencia exasperante del mismo.

Ema en su cautiverio es amante de sucesivos hombres (nativos, gauchos, militares) hecho que la pone de cerca de la vivencia de diversas formas de vida.

Ema pasó dos años entre los indios dos años de vagabundeo o inmovilidad (…) fue quizás el momento decisivo de su aprendizaje adolescente. Aprendió el detalle más característico del mundo indígena que era el contacto indisoluble y perenne de etiqueta y licencia” (151)”.

Otra manifestación de Ema es el deseo ferviente que une su cuerpo con los hombres siendo nombrado el amor como fraternal sólo para su hijo. Animalidad, desenfreno, primitivismo en las acciones e indiferencia en los sentimientos, van a constituir el sistema de valores que señalará Aira, tan lejano al positivismo y tan cercano a la estética postmodernista. La primera aparición de Ema en el libro, su encuentro amoroso con el ingeniero francés se describe así: “La mujer era la más pequeña que hubiera visto nunca de modo que no había sido una ilusión producida por la distancia. Estaba en sus brazos. Se acoplaron “ (50).

Gracias al trabajo de reedición que Aira realiza, el significante “cautiva” ve mutar su significado. María, la cautiva blanca quiere escapar de sus raptores indios. Ema, la cautiva, africana/blanca/nativa no quiere escapar de sus raptores/amantes (el gaucho, el militar de la campaña al desierto, los Indios) sino que encuentra en cada uno de ellos la salvación a la monotonía pampeana, tal vez me atrevería a encontrar una analogía por el nombre de pila a la Ema Bovary de Flaubert que también buscaba diferentes amantes para tratar de provocar extrañamiento a su vida rutinaria y aburguesada marital. A partir de Aira “cautiva” significará mujer no blanca que ama a un nativo, que no quiere escapar. María en cambio vive y muere dentro de su límite romántico de heroína. Ema la anti-romántica no es bella ni realiza ningún acto heroico expande y transgrede sus límites propios.

La Cautiva”  de Echeverría se propuso como una obra romántica el inicio de un mito que tuvo como protagonistas a las cautivas: aquellas mujeres blancas, robadas por el malón y llevadas hacia el desierto.

Aira reelabora la tradición de aquellas cautivas pero esa refundición en lugar de iluminar la historia o siquiera dar una versión antropológica de la vida indígena en la Patagonia sustituye un mito por otro. En esa mistificación la relación entre el espacio vacío-lleno del desierto y el espacio referencial de las ciudades ausentes se convierten en una inmanencia de la narración histórica que la novela intenta escamotear.


[1] Ares Kurlat Silvia “La utopía indígena en la literatura Argentina de la última década” en  El caso de Ema La Cautiva de Cesar Aira  George Mason University en www.lenman.wny.org/ciber letras/Vo5 kurlat.htlm.

[2] Pensa Mariana (2004) “Ema la Cautiva de César Aira: la tradición y su superación” en departamento of foreign languages and cultures California Ubiversity of Pensylvannia.

[3] (Rodriguez 2006:158)
[4] Ver Kurlat Silvia.





" ¿ Quiénes fueron el grupo de la generación del 37’?"



En la Argentina del siglo XIX emergió un grupo pos-generacional percusor de la revolución de 1810 conformado por jóvenes románticos e idealistas que marcaron un hito histórico, político y estético dentro del Río de la Plata pero captando ideas europeizantes para proyectarlas dentro del territorio.


En  1825 Esteban Echeverría partió a Francia en viaje de exploración cultural al lugar que condensaba todo lo que en esos años el Río de la Plata no tenía (desierto o ausencia de instituciones, de tradición, de herencia cultural, de carrera, de riqueza, de perspectivas de poder)[1].


El viaje de los intelectuales y la perspectiva de retorno se  nutrió  fundamental para que puedan plasmar la idiosincrasia extranjera en ideas, proyectos políticos y estéticos que luego se iban a ver reflejados en las letras vernáculas. El sentido de no pertenencia frente a la otredad territorial y cultural conllevó a un anhelo cuasi revolucionario para emularlo paulatinamente en el Río de la Plata: La nada desértica que promulgara Echeverría empezaba a producir y en consecuencia devenir.


Para  la generación que comenzaba a surgir el viaje a Europa se convirtió en un rodeo para volverse argentino, una vuelta a los orígenes románticos al pasado nacional y al pueblo. Pasando por Europa y por el romanticismo ser argentino debía dejar de ser una fatalidad, una determinación de la llanura par volverse una tarea fundacional[2]. Pero  ¿Cuál iba a ser esa generación y que fundamentos sustentaban?


La generación del 37’ iba a ser esa generación de jóvenes letrados porteños y provincianos que inspirados en una amplia y heterogénea serie de autores y fuentes doctrinales entre las que se destacaba el romanticismo social, promovieron una profunda renovación de la vida pública rioplatense[3].


La propuesta de los del 37’ pretendía reemplazar las orientaciones ideológicas y estéticas que habían prevalecido desde el período revolucionario, juzgaban irremediablemente agotado el ciclo vital e intelectual de la generación anterior, cuyos conflictos tuvieron por desenlace el estrepitoso fracaso de los unitarios y la consolidación de una confederación de provincias soberanas bajo la égida de la facción Rosista[4].


Esteban Echeverría como líder del grupo, cuyas opiniones disentían con las del resto del grupo, proponía replantearse la cuestión de la Revolución de Mayo. Él entendía que se trataba de un proyecto incompleto, pues si bien, se había logrado la independencia y se habían asentado algunos principios democráticos y republicanos, no había podido erigirse un orden institucional que los cobijara. Se necesitaba empezar de nuevo, descargarse de los errores del pasado, regenerar.


La crítica a la revolución tenía que ser puesta en marcha, tenía que ser retomada pero sobre otro terreno :  La espada tendría que ser reemplazada por la palabra, de tal modo tendría que esclarecerse las causas del fracaso de sus mayores como parte del proyecto regeneracionista: “Los jóvenes prescindían de los padres y se situaban en el lugar de los abuelos para conducir desde el curso de la historia y la literatura”[5].


Echeverría proclamaba entonces la necesidad de una figura que recogiera lo mejor de todos los sistemas e ideas, capaz de tomar lo que hiciera falta de Europa atento a los intereses y las condiciones de su propia sociedad.


En esta arena movediza de debates para la institucionalización, la literatura sería el principal discurso emancipador donde llevar a cabo esta acción primordial de la regeneración del 37’.





[1] Rodriguez, F (2006) “Un desierto de ideas” en Las brújulas del extraviado. Para una lectura integral de Esteban Echeverría pág 149, Bs As  Beatriz Viterbo Editora.

[2] (Rodriguez  2006:150)

[3] Laera, A (2006) “Nada se obtiene sin dinero: pérdidas y ganancias de un hombre de letras” en Las brújulas del extraviado. Para una lectura integral de Esteban Echeverría, pág 206. Bs As Beatriz Viterbo editora.

[4] (Laera  2006:206)


[5] Matamoro, Blas “La regeneración” en Revista punto de vista pág 41.