Pedagogía. La pugna entre los protocolos de lectura y escritura en la escuela siguen
perviviendo a pesar de que algunos docentes transgresores lo quieran llevar a
cabo. Las políticas de turno son un factor clave pero las resistencias en las
aulas seguirán en manos de los pedagogos de la liberación.
Es sabido que la escuela es un
campo de batalla, los docentes tienen que atravesar un campo minado para que no
se caigan en combate ni abandonen sus banderas. Una mina fatal, por ejemplo,
son las políticas de turno que, una vez cada recambio de gobierno, son
convocados por los políticos inexpertos, una horda de técnicos licenciados en
pedagogía y en ciencias de la educación, generalmente exportados de las estimadas por la opinión
pública como las universidades más prestigiosas del mundo y con la salvedad de
afirmar, con conocimiento de causa,que nunca en su vida académica, éstos
profesionales, han asomado un pie en el aula, salvo para hacer experimentos de
campo o estudios cuantitativos.
Citemos un ejemplo , la de la
década de los noventa en la Argentina, los educadores teníamos que formar a los
educando con el objetivo de que estén
capacitados y sean óptimos para un empleo calificado. En síntesis, se veían a los
estudiantes como recursos humanos dóciles y maleables para empresarios
explotadores. Su tarea consistiría en aprender bien a leer contratos, firmarlos para
atraparlos, escribir una nota y aprender a rellenar su curriculum vitae.
Nada de todo el dinero invertido
por el banco interamericano quedó en la memoria de aquellos alumnos en edad
escolar formados en esa década, sólo pervivió el resabio de hombres y mujeres deseantes
de trabajo debido a las privatizaciones y al desastre económico que dejó el
menemismo.
Hoy , uno de estos alumnos , que
padeció tal “década perdida”, como él la denomina, pudo sobrevivir al percance
escolar y resurgió para contarlo, gracias a
que ,en el Instituto de Formación docente Profesor Paulo Freire de la ciudad de La Plata, conoció grandes
mediadores y amigos pedagogos que le cambiaron la perspectiva de la enseñanza
de la lectura y escritura en el ámbito escolar.
Pablo Salvar , actualmente
docente de lengua y literatura ,nacido en Montecarlo pero naturalizado
posadeño, debido a los afectos que allí encontró, su hija y esposa son de la
capital misionera . Su libro más
reciente :“Pretextos en la escuela: del
texto al invento” (Editorial Comahue. Año 2015) es la base madre de la
enseñanza en las escuelas de maestros y profesores de lengua y literatura que
transgrede los paradigmas clásicos de la enseñanza de la lectura y la escritura.
En el libro parte de dos
conceptos claves, uno de ellos es la apropiación (para la lectura) y la táctica (para la escritura). La primera
invita a las lecturas múltiples de los
textos y a la pluralidad de sus
interpretaciones de parte de los alumnos hacia los textos escolares. El segundo
apunta al quehacer mismo de los propios
textos literarios o no que otorga el curriculum escolar, es decir permite la
pluralidad de escrituras más allá de
la consigna o tarea explícita que indica el docente de lengua
y literatura.
Él ejemplifica la táctica con una experiencia vivida en una
escuela rural . Le dimos una consigna en
la que tenían que escribir un relato respetando el orden y completando el
espacio de la hoja con ciertas palabras.
“ En conclusión para mí, el profesor, no había que inventar un relato sino
ocupar el espacio en blanco colocando otros sintagmas y palabras y jugar a ver
lo que pasaba.. Pero las jóvenes entendieron que había que usar esas palabras
para inventar un cuento y así formaron un micro-relato que fue elegido para un
concurso literario”.
En aquella valla o trampolín
(pensada como trampa) es en donde se
activan las tácticas de los alumnos
para lidiar con lo que encuentran en el texto dando paso a los
pretextextos para desarmarlos y re-aprehenderlos.
Más bien ,Salvar, prefiere
utilizar la idea de juegos de lenguajes que median entre las consignas, las
lecturas, las interpretaciones y la reescrituras que los jóvenes traen
aparejado en su acervo y semiosfera cultural en la que están inmersos fuera del
ámbito escolar: el barrio o la comunidad de pertenencia.
Así, considera a la enseñanza de
la lectura y escritura como procesos semióticos que otorgan sentidos que se
manifiestan en prácticas sociales y que en la que , por supuesto, los jóvenes son
protagonistas en sus lecturas y escrituras literiarias y/o escolares.
En esta corriente, Pablo coincide
con uno de sus maestros y amigos y le pide prestado a Sergio Frugoni su idea de
Pretexto: En este sentido, la consigna y la escritura (en palabras de Salvar) es realmente un “pretexto”, es el texto
previo en el que alguien puede apoyarse para escribir, pero al mismo tiempo es
la “excusa”para crear una situación de escritura interesante.
Pablo Salvar, si así lo quieren
los docentes de las nuevas generaciones, será el precursor de un nuevo discurso
de liberación en materia de lecturas y escrituras escolares, terciarias y
universitarias. La premisa es la siguiente: si sabrán o no interpretarlos
pluralmente los viejos y futuros pedagogos.
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