viernes, 17 de junio de 2022

“Niños con autismo y TGD” ( Curso AT)

 

En el siguiente informe introduciremos la diferencia entre los niños con padecimientos con autismo y trastornos generalizados de desarrollo (TDH).

En primer lugar realizaremos una diferenciación clara, precisa para distinguir que no hay un solo trastorno autista sino un espectro autista circunscriptos en los trastornos generalizados del desarrollo como el trastorno de asperger, trastorno rett, trastorno desintegrativo y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado englobados en los Manuales de Diagnósticos y Estadísticos de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) y el Manual de Clasificación Internacional de enfermedades ( CIE 10).

En el trastorno autista prevalecen las conductas repetitivas, simples, extrañas y desinterés en la interacción social con el medio ambiente y el mundo externo. Presentan una incapacidad para adquirir el lenguaje verbal, comprenderlo y simbolizarlo que perdurará   a lo largo de la vida. A este se lo denomina trastorno de autismo puro o autismo de Kaner que se encuentran  en los extremos del autismo.

En segundo lugar nombraremos y describiremos la sintomatología de los TGD o trastornos generalizados del desarrollo que se presentan a continuación.

El trastorno de Asperger es el que tiende a ser más favorable en su recuperación. Suele ser tardío en su diagnóstico, tienen buen desenvolvimiento en el lenguaje oral, la entonación del lenguaje es monótona sin alteraciones. No comprenden las reglas de los juegos, códigos de las relaciones sociales o dobles sentidos pero pueden tener un conocimiento amplio en ciencias naturales o en alguna actividad que les llame la atención, suelen tener una memoria privilegiada pero torpe en movilidad.

El trastorno de rett presentado en niñas pero últimamente descrito en niños por algunos profesionales muestra en forma gradual una degeneración neurológica y disminución del cráneo que causa microcefalia y actividad motora descoordinada o atáxico. No tienen expresión facial y habilidades de contacto social. Actividad motora y movimientos estereotipados: lavarse las manos repetidamente o chupárselas.

El trastorno desintegrativo se muestran pérdidas adquiridas en los primeros tres años de vida: cognitiva, lingüística, motriz, control de esfínteres  y juego.

El trastorno generalizado del desarrollo no especificado: Son aquellos niños que no cumplen con los diagnósticos anteriores.

Las características que comparten los niños con TDH son que no pueden articular bien las interacciones en la sociedad o medio ambiente, en la comunicación y en la capacidad de simbolizar. No muestran interés en la relación con otros niños, dificultad para manifestar emociones y de respuestas simbólicas. No hacen contacto visual, ni responden a las preguntas de las otras personas, no desarrollan el lenguaje oral de manera completa: habla monótona, repetitiva, ecolalias (repetición literal de lo que escuchan) y grandes dificultades para entender términos abstractos.

Se comportan de forma rígida y repetitiva, muestran ansiedad frente a los cambios y a lo no predecible, no comprenden lo que siente el otro sino su punto de vista.

En cuanto a la mirada, evitan el contacto ocular reaccionan de manera alternada al escuchar ciertos sonidos u observar ciertas situaciones que no son de su agrado. Establecen contacto visual con el entorno próximo para pedir algo o conseguir ayuda. Cuando se relacionan en un entorno social puede reír, divertirse, disfrutar.

Para algunos autores estos niños con TDH poseen “islotes de competencia “áreas donde el niño tiene una habilidad normal o incluso extraordinaria como una memoria o capacidad aritmética muy desarrolladas.

El trastorno autista y del espectro autista puede considerarse como un trastorno biológico y hereditario que respondería a veinte genes implicados que regularían la acción de ciertos neurotransmisores en el desarrollo cerebral como el aprendizaje, la memoria, los comportamientos obsesivos-compulsivos, la ansiedad y depresión, los niveles de colesterol y la función del sistema inmunitario.

Para finalizar el acompañamiento psicoeducacional y de enseñanza y de aprendizaje que tienen que cumplir el entorno para la reinserción de aquellos niños con autismo y TDH serían los siguientes:

-Respertar su entorno de aprendizaje, no apurarlo, ni intervenir en el mismo.

-Se les puede enseñar otras capacidades como señalarle para pedir de forma explícita y bien intencionada.

-Analizar el contexto propicio de aprendizaje y cuáles no son favorables para el niño.

- Ofrecerle un aprendizaje no basado en ensayo-error sino de forma positiva.

-Dividir la tarea en pasos simples o sencillos. El medio de aprendizaje, el más cotidiano posible por ejemplo la calle, en un supermercado, etc.

-Lo que se le enseña debe tener una utilidad práctica. Reforzar de manera positiva, acentuar sus logros y darle confianza en un ambiente estructurado y predecible y al finalizar premiar sus intentos de comunicación.

 

v  Bibliografía

 

v  CUADRADO, Paloma- VALIENTE, Sara: “ Niños con autismo y TDH ¿cómo puedo ayudarles? Pautas para padres y profesionales, Madrid. Editorial Síntesis.






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