miércoles, 8 de mayo de 2013

"Nuevas verosimilitudes arlteanas"



El fantasy al violar lo real se vincula eficazmente con el concepto de PARAXIS que hace referencia al lugar o espacio fantástico que implica un vínculo indisociable con el cuerpo central de lo real. Los medios de que se vale lo fantástico para establecer su realidad son inicialmente miméticos (realistas) que presentan objetivamente un mundo de objetos para luego cambiar a otro mundo que parecía ser maravilloso (no realista) que presenta aparente imposibilidades.

Lo real es que Erdosain se encontraba tendido en la tranquilidad de su habitación y de su cama cavilando incertidumbres alrededor de su lugar en la existencia, mientras que observaba el tic tac del reloj, pero de repente a partir de representaciones angustiantes que nublaron su consciente, ese instante nimio se convirtió en fantástico:”…Millares de sucesos se entrechocaban en su mente, los ángulos reverberaban luces de fantasmagoría (…) Mi día no era un día, dijo más tarde, he vivido horas que equivalían a años, tan largas que era joven a la partida y regresaba envejecido con la experiencia de los sucesos ocurridos”…

El tiempo se detuvo en una regresión hacia el pasado, el mundo real es reemplazado, sus ejes se disuelven y distorsionan de tal manera que las estructuras temporales y espaciales sufren un colapso. Lo fantástico, tal como el fantasma, que no está ni vivo ni muerto, es una presencia suspendida entre el pasado, el futuro y el presente, entre el ser y la nada que al tomar lo real lo quiebra, lo pervierte y al final lo devuelve a la normalidad.

Barthes en su ensayo “El efecto de lo real” va a desarrollar las nuevas características del nuevo realismo a todo discurso que acepte enunciaciones acreditadas solamente por la referencia.

En esta nueva verosimilitud el detalle concreto es semiótico, porque en esta concepción los objetos “significan”, son indicios, señales y no detalles superfluos como en el anterior análisis estructural del relato.

El capítulo que da inicio a “Los Lanzallamas” comienza con el encuentro de Hipólita alias “la coja” y el Astrólogo se denomina “El hombre neutro”. Siguiendo esta nueva concepción semiótica del realismo fantástico el lector podrá inferir algunas de las características que tendrá el Astrólogo por el significado del término “neutral”. Este se refiere a una persona que no está a favor ni de una postura ni de otra diferente. El Astrólogo a raíz de su condición física le impedirá estar en el lugar de ser deseado y en la postura de desear en términos sexuales y a Hipólita le privará del privilegio de haber sido el único hombre que ha despertado hacia ella amor, admiración y también deseo amoroso.
“-Quisiera ser suya. Súbitamente lo deseo mucho. El Astrólogo retrocedió. Él la midió de una mirada y sonriendo fríamente le contestó:
-Es notable lo que le sugieren mis reflexiones.
Una arruga terrible cayó de la frente del Astrólogo. Durante un minuto Hipólita tuvo la sensación de que él la iba a estrangular (…) dijo secamente.
-Si… su cuerpo en este momento es su verdad. Pero yo no la deseo a usted. Además no puedo poseer a ninguna mujer. Estoy castrado.
-Cómo ¿Vos también? Entonces somos iguales… Yo tampoco he sentido nada, nunca junto a ningún hombre… y sos el único hombre ¡Qué vida!”.

En esta nueva verosimilitud se tratará de vaciar el signo hasta poner en cuestión su objeto y la estética secular de la representación. En el relato para Barthes de ahora en más todo será significativo.





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