Algunos de los heteróclitos
problemas que se suscitan alrededor de las textualidades indígenas
especialmente en el “Popol Vuh”, texto
seleccionado para este estudio, son múltiples entre los que podemos mencionar se encuentran:
la utilización o exclusión de iconografías de parte del traductor para
ayudar a comprender mejor el texto a la manera occidental, la elección de notas
al pie para que el lector contemporáneo pueda llegar a entender una cultura que
no es la propia, la selección de parte del traductor de escribir el texto en verso o en prosa, la segmentación en
capítulos y/o subtítulos entre otras problemáticas cruciales en el tratamiento literario de las textualidades
indígenas.
Pero la que a mí,
significativamente, me interesó para desarrollar este escrito fueron: la
selección de una determinada línea política de parte del traductor
contemporáneo y la pérdida de identidad
primaria que gira en torno a la traducción del
“Popol Vuh “ y a los diversos
conflictos surgidos de esa traducción a una lengua que no es la originaria.
Al cotejar dos traducciones, la
primera de la versión de Baudizzone. Editorial Nora. Páginas
11,12 y 13. Existe un aviso, al margen superior izquierdo del comienzo del libro,
que llama a conservar de parte del autor, la traducción basada en Raynaud,
respetando según él, la traducción de los nombres y los giros esenciales del
lenguaje, pero dándole al documento una forma literaria que devuelva al escrito
su carácter substancial de obra poética y literaria sin separarse de la esencia originaria. En esta primera traducción de Baudizzone hay un afán de lograr prevalecer el códice original sin alteraciones, y
de esta manera, llevar a cabo una traducción occidentalizadora para que el
lector pueda llegar a acercarse a una cultura
ajena y adentrarse sin complicaciones a una lectura popular del “Pol Vuh” con un fin estético literario tal cual lo anuncia su autor.
Para entender esta
problemática tenemos que tener en cuenta que los textos indígenas se
transmitían de forma oral y dado que aquel discurso se construía como un tejido que se bordaba no de manera individual sino colectiva[1],
hicieron que estas traducciones individuales y encerradas en sí mismas sufrieran un
proceso de Transculturación que según Jorge Rama en su texto “Transculturación narrativa en América
latina” consistía en la pérdida o el desarraigo de una cultura precedente o una
aculturación que implicaba ,en el proceso, la consiguiente creación de nuevos
fenómenos culturales en la cultura tradicional y que, al recibir el impacto
externo, (y sin ser adrede) modificaba el códice original de las obras
primitivas transformándolas y generándoles pérdidas en su parcialidad. Pero el
obstáculo que encuentra el autor al aislarse con el códice original es el del establecimiento de sus propias categorías abstractas y simbólicas, propias de la cultura
actual que intentan desacralizar el relato al afirmar su propia autonomía[2].
En cambio la expresión oral al
ser un tejido colectivo reunía a gente, fundaba auditorios y lo sometía a diversos rituales en donde la
palabra se desplegaba con una intención poética diferente de la que se concibe
en la actualidad, la intención poética de los miembros de las culturas ágrafas
era la siguiente: formar un lenguaje que sea común a mortales y dioses[3].
El traductor contemporáneo al
encontrarse solitario y alejado de la presencia de un auditorio tendrá que apelar a sus propias categorías
semánticas, epistemológicas y culturales de su propio y aislado “auditorio
imaginario”.
Observamos, además, como en la
primera traducción se trasladaron los nombres originales a una lengua
occidental: Maestro-Mago-Del-Alba;
Mastro-Mago-Del-Día, por citar algunos. Aquí puedo inferir que hay
una pérdida de una cultura originaria sustituida por la del colonizador con la imposibilidad de expresar su traducción singular[4].
La pregunta que ronda alrededor
de esta traducción es la siguiente: ¿Fueron acaso esas traducciones
los nombres originales que quisieron otorgarles el pueblo quiché a los personajes del “Popol-Vuh”? Sin duda aquella traducción primera es un intento de
transcripción, ya que, las culturas orales no disponían de diccionarios que den
cuenta del significado de cada vocablo y es ,además, una interpretación de la
idiosincrasia cultural de cada traductor. Como diría Ana Pizarro (…) “ Hay una
construcción de discursos interpretativos y recuperadores de la literatura
indígena a lo largo de un período muy grande. Es una especie de recurrencia y
muchas veces encubre simplemente otros discursos. Porque no son los indios los
que hacen ese indigenismo lo plasman lo que pertenecen a esa cultura de
dominación”.
En la segunda traducción del “Popol
Vuh”: las antiguas historias del Quiché”, México, FCE 2003 Traducción del original de Adrián Recinos
vemos como el traductor conserva los nombres en quiché : Tzacol,
Bitol, Alom , entre
otros, con el afán de proteger los originales del fósil lingüístico
cultural.
La tarea del traductor es válida porque pretende y cree traer a occidente los valores simbólicos e interpretaciones del “Popol-Vuh” tal como el manuscrito original transmitió y de esta manera honrar a la cultura maya-quiché escapándose de las prácticas colonizadoras del lenguaje; pero esta consideración tiene que ser tratada con tiento, porque esta segunda traducción es una de las posibles interpretaciones que nada tienen que ver con esa tradición de texto "sagrado", que tenía originalmente, ya que en el presente no tienen el mismo funcionamiento institucional, ni social, ni el mismo tipo de público[5], sino que la característica que adquieren en la cultura moderna es la de plantear al Popol-Vuh como un valor estético con el fin de ser consumido en nuestra cultura como una obra literaria.
La tarea del traductor es válida porque pretende y cree traer a occidente los valores simbólicos e interpretaciones del “Popol-Vuh” tal como el manuscrito original transmitió y de esta manera honrar a la cultura maya-quiché escapándose de las prácticas colonizadoras del lenguaje; pero esta consideración tiene que ser tratada con tiento, porque esta segunda traducción es una de las posibles interpretaciones que nada tienen que ver con esa tradición de texto "sagrado", que tenía originalmente, ya que en el presente no tienen el mismo funcionamiento institucional, ni social, ni el mismo tipo de público[5], sino que la característica que adquieren en la cultura moderna es la de plantear al Popol-Vuh como un valor estético con el fin de ser consumido en nuestra cultura como una obra literaria.
A modo de conclusión puedo
adoptar que por más que se intenten recuperar tal cual concibieron los
indígenas quiché al “Popol-Vuh” y
conservar esas tradiciones primigenias, siempre van a carecer de la “autoridad
natural” de los indígenas de ese tiempo y por más que cada autor contemporáneo
conserve los nombres originales del facsímil del “Popol Vuh”, cada traductor va a suponer que su traducción, con
frecuencia será la más fiable y que carecerá de contaminaciones
interpolaciones y procesos de transculturación.
Esta premisa anterior es falsa
porque cada vez que un autor traduzca los nombres originales a una lengua
occidental, como lo hizo nuestro primer traductor, o que conserve los nombres
en la lengua quiché, como fue el ejemplo de nuestro segundo traductor, siempre
va a implicar una posición subjetiva de acuerdo a sus puntos de vista y
valoraciones propias, pero lo que sí puedo rescatar de estas dos traducciones
fueron los intentos de reconstruir una cultura no contaminada y pura de
colonialismos como fue la maya-quiché para que en la actualidad, gracias a los
intereses de esos traductores de nuestra modernidad, podamos recuperarla y sacarla
de los restos arqueológicos y darle vida otra vez a esa cultura indígena tan
extraña y hacerla parte de la nuestra para que siga viviendo y no la
olvidemos.
Bibliografía
Ø
Anónimo, “Popol Vuh: las antiguas historias del
Quiché,México, FCE, 2003 Traducción del original de Adrián Recinos.
Ø
Colombres,
Adolfo “Oralidad y literatura oral. La cuestión del estilo o los recursos del
éxtasis “ en Celebración del lenguaje. Bs As. Editorial
del Sol 1997.
Ø
Lopez.
M Carlos. “La edición online del
manuscrito del Popol-Woj: lengua y cultura” http://www.indiana.edu/~clacs/academics/STILLA%202008%20Proceedings-MLCP-CLACS-ATLILLA.pdf#page=91
Ø
“Popol
Vuh”. Versión tradución Baudizzone.
Editorial Nora. Págs 11-12-13.
Ø
Pizarro
Ana (compiladores) “La literatura
latinoamericana como proceso”. Bs As, CEAL. 1985
Ø
Rama,Angél
: “Transculturación narrativa en América
Latina” .México Siglo XXI .1987
No hay comentarios:
Publicar un comentario