viernes, 10 de mayo de 2013

"Problemáticas suscitadas alrededor de las diversas traducciones del Popol Vuh"



Algunos de los heteróclitos problemas que se suscitan alrededor de las textualidades indígenas especialmente en el “Popol Vuh”, texto seleccionado para este estudio, son múltiples  entre los que podemos mencionar se encuentran: la utilización o exclusión de iconografías de parte del traductor para  ayudar a comprender mejor el texto a la manera occidental, la elección de notas al pie para que el lector contemporáneo pueda llegar a entender una cultura que no es la propia, la selección de parte del traductor de escribir el  texto en verso o en prosa, la segmentación en capítulos y/o subtítulos entre otras problemáticas cruciales en el tratamiento literario de las textualidades indígenas.



Pero la que a mí, significativamente, me interesó para desarrollar este escrito fueron: la selección de una determinada línea política de parte del traductor contemporáneo y la pérdida de  identidad primaria que gira en torno a la traducción del  “Popol Vuh “ y a los diversos conflictos surgidos de esa traducción a una lengua que no es la originaria.



Al cotejar dos traducciones, la primera de la versión de Baudizzone. Editorial Nora. Páginas 11,12 y 13. Existe un aviso, al margen superior izquierdo del comienzo del libro, que llama a conservar de parte del autor, la traducción basada en Raynaud, respetando según él, la traducción de los nombres y los giros esenciales del lenguaje, pero dándole al documento una forma literaria que devuelva al escrito su carácter substancial de obra poética y literaria sin separarse de la esencia originaria. En esta primera traducción de Baudizzone  hay un afán de lograr prevalecer el códice original sin alteraciones, y de esta manera, llevar a cabo una traducción occidentalizadora para que el lector pueda llegar a acercarse a una cultura  ajena y adentrarse sin complicaciones a una lectura popular del “Pol Vuh”  con un fin estético literario tal cual lo anuncia su autor.



Para entender esta problemática tenemos que tener en cuenta que los textos indígenas se transmitían de forma oral y dado que aquel discurso se construía como un tejido que se bordaba no de manera individual sino colectiva[1], hicieron que estas traducciones individuales y encerradas en sí mismas sufrieran un proceso de Transculturación que según Jorge Rama en su texto “Transculturación narrativa en América latina” consistía en la pérdida o el desarraigo de una cultura precedente o una aculturación que implicaba ,en el proceso, la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales en la cultura tradicional  y que, al recibir el impacto externo, (y sin ser adrede) modificaba el códice original de las obras primitivas transformándolas y generándoles pérdidas en su parcialidad. Pero el obstáculo que encuentra el autor al aislarse con el códice original es el del establecimiento de sus propias categorías abstractas y simbólicas, propias de la cultura actual que intentan desacralizar el relato al afirmar su propia autonomía[2].



En cambio la expresión oral al ser un tejido colectivo reunía a gente, fundaba auditorios y  lo sometía a diversos rituales en donde la palabra se desplegaba con una intención poética diferente de la que se concibe en la actualidad, la intención poética de los miembros de las culturas ágrafas era la siguiente: formar un lenguaje que sea común a mortales y dioses[3].



El traductor contemporáneo al encontrarse solitario y alejado de la presencia de un auditorio tendrá que apelar a sus propias categorías semánticas, epistemológicas culturales de su propio y aislado “auditorio imaginario”.



Observamos, además, como en la primera traducción se trasladaron los nombres originales a una lengua occidental: Maestro-Mago-Del-Alba; Mastro-Mago-Del-Día, por citar algunos. Aquí puedo inferir que hay una pérdida de una cultura originaria sustituida por la del colonizador con la imposibilidad de expresar su traducción singular[4].



La pregunta que ronda alrededor de esta traducción es la siguiente: ¿Fueron acaso esas traducciones los nombres originales que quisieron otorgarles el pueblo quiché a los personajes del “Popol-Vuh”? Sin duda aquella traducción primera es un intento de transcripción, ya que, las culturas orales no disponían de diccionarios que den cuenta del significado de cada vocablo y es ,además, una interpretación de la idiosincrasia cultural de cada traductor. Como diría Ana Pizarro (…) “ Hay una construcción de discursos interpretativos y recuperadores de la literatura indígena a lo largo de un período muy grande. Es una especie de recurrencia y muchas veces encubre simplemente otros discursos. Porque no son los indios los que hacen ese indigenismo lo plasman lo que pertenecen a esa cultura de dominación”.



En la segunda traducción del “Popol Vuh”: las antiguas historias del Quiché”, México, FCE 2003  Traducción del original de Adrián Recinos vemos como el traductor conserva los nombres en quiché : Tzacol,  Bitol, Alom , entre otros, con el afán de proteger los originales del fósil lingüístico cultural.

La tarea del traductor es válida porque pretende y cree traer a occidente los valores simbólicos e interpretaciones del “Popol-Vuh” tal como el manuscrito original transmitió y de esta manera honrar a la cultura maya-quiché escapándose de las prácticas colonizadoras del lenguaje; pero esta consideración tiene que ser tratada con tiento, porque esta segunda traducción es una de las posibles interpretaciones que nada tienen que ver con esa tradición de texto "sagrado", que tenía originalmente, ya  que  en el presente  no tienen el mismo funcionamiento institucional, ni social, ni el mismo tipo de público[5], sino que la característica que adquieren en la cultura moderna es la de plantear al Popol-Vuh como un valor estético con el fin de ser consumido en nuestra cultura como una obra literaria.



A modo de conclusión puedo adoptar que por más que se intenten recuperar tal cual concibieron los indígenas quiché al “Popol-Vuh” y conservar esas tradiciones primigenias, siempre van a carecer de la “autoridad natural” de los indígenas de ese tiempo y por más que cada autor contemporáneo conserve los nombres originales del facsímil del “Popol Vuh”, cada traductor va a suponer que su traducción, con frecuencia será la más fiable y que carecerá de contaminaciones interpolaciones y procesos de transculturación.



Esta premisa anterior es falsa porque cada vez que un autor traduzca los nombres originales a una lengua occidental, como lo hizo nuestro primer traductor, o que conserve los nombres en la lengua quiché, como fue el ejemplo de nuestro segundo traductor, siempre va a implicar una posición subjetiva de acuerdo a sus puntos de vista y valoraciones propias, pero lo que sí puedo rescatar de estas dos traducciones fueron los intentos de reconstruir una cultura no contaminada y pura de colonialismos como fue la maya-quiché para que en la actualidad, gracias a los intereses de esos traductores de nuestra modernidad, podamos recuperarla y sacarla de los restos arqueológicos y darle vida otra vez a esa cultura indígena tan extraña y hacerla parte de la nuestra para que siga viviendo y no la olvidemos.





Bibliografía



Ø  Anónimo, “Popol Vuh: las antiguas historias del Quiché,México, FCE, 2003 Traducción del original de Adrián Recinos.

Ø  Colombres, Adolfo “Oralidad y literatura oral. La cuestión del estilo o los recursos del éxtasis “ en  Celebración del lenguaje. Bs As. Editorial del Sol 1997.

Ø  Lopez. M Carlos. “La edición online del manuscrito del Popol-Woj: lengua y cultura” http://www.indiana.edu/~clacs/academics/STILLA%202008%20Proceedings-MLCP-CLACS-ATLILLA.pdf#page=91

Ø  “Popol Vuh”. Versión tradución Baudizzone. Editorial Nora. Págs 11-12-13.



Ø  Pizarro Ana (compiladores) “La literatura latinoamericana como proceso”. Bs As, CEAL. 1985

Ø  Rama,Angél : “Transculturación narrativa en América Latina” .México Siglo XXI .1987





[1] Colombres, Adolfo “Oralidad y literatura oral” en Celebración del lenguaje. Bs As. Editorial del Sol pág 71 .1997

[2] (Ibid:73)

[3] (Ibid:37)

[4] Pizarro, Ana Compiladores “La literatura latinoamericana como proceso” Bs.As, CEAL. 1985 pág 27


[5] (Pizarro:25)


                                                                


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